Sextina
Si es nueve, si sacaba nota leal
a su sabor –perseverar es él–,
leal a él, a su mala musa seis
la elogia con amor y es al revés.
Si es nueve, solo, sí se da la sal.
La sed se saca sólo si será.
¿Pares o nones la ánima será?
Sé ver. La oigo coger al (oigo) leal.
Le será mala yerba, sola sal.
Le asumo mocetón a birra. Él,
Ares, late la diva, y al revés,
si es nueve solo, sólo se ve un seis.
La eleva, la sopesa: suma seis.
La sed es ala. Al ave le será
severa vela, y a su mal, revés.
Sé ver la yerba. Se ve un ave leal.
La eleva usar acaso cisne. Y él,
Ares, rama le da –lo sé– de sal.
Leal a él, a su mal ama de sal.
Si es sal, a ligar ágil a las seis.
La sed ama la musa leal a él.
La sed es ola. De la mar será
ley: en sí, cosa cara, suave, leal.
La eleva, nueves abre, y al revés.
Sé ver la musa: ya le va revés.
Ares eleva. La ala sé de sal.
¿Si esa musa se posa, la ve leal?
Si es nueve solo, sólo se ve un seis.
Sé verla y, ávida, letal será.
Le arriba –note– como musa. Él
la sal os abre y a la mar es él.
La elogió; la regó. Cogió al revés
Ares a mina. (Al seno no). ¿Será
pare si sólo sacas? ¡Es de sal!
¡La sala! De sí, sólo se ve un seis.
Sé verla, sé, y, romano, caigo leal.
Si es a su mala musa leal, a él
le será revés, réproba, su sal.
A él atonaba: «casi se ve un seis».
Pedro Poitevin